sábado, 24 de junio de 2017

Como mejorar mi escucha. El silencio y la escucha empática

El silencio es una forma de comunicación. Por tanto, debemos saber gestionar y administrar el lenguaje del silencio.

La naturaleza es sabia y nos ha dotado de dos orejas y una boca para poder escuchar el doble de lo que hablamos. Y no olvides que escuchar es la mejor manera de comunicar con otras personas.


La palabra no te permite volver atrás. Por eso, dice el proverbio árabe: “Eres esclavo de tus palabras y dueño de tu silencio”

Además, el silencio es una herramienta estratégica en la gestión de los conflictos que siempre explico en mis clases de Formación y Orientación Laboral e insisto sobre el autoconocimiento, ya que difícilmente se puede entender a los demás si uno no es capaz de saber quién es.

Ya lo dijo el filósofo Kant: “No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros” ¿podemos dejar de lado nuestras creencias en el momento de escuchar? Nuestras creencias hacen que veamos solo lo que queremos.


Pero en ocasiones el silencio se hace insoportable en personas que tienen demasiado ruido dentro de ellos mismos ya sea por miedo o inseguridad.

“La manera que vemos el problema, es el problema” Stephen R. Covey


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El silencio como forma de comunicación necesita de la empatía. Sentir lo que sienten los demás, sentir con los demás se hace tanto o más importante que el autoconocimiento.


El silencio junto a la empatía escucha lo que no se está diciendo. Es oír desde el corazón. Por eso, el silencio puede ser a veces una poderosa arma de comunicación.

El segundo de los 8 versos del Entrenamiento de la Mente de Geshe Langri Thangpa dice: "Siempre que esté en compañía de otros, me veré como el más insignificante entre ellos, y desde los más profundo de mi corazón apreciaré a los demás como supremos.

Si quieres tener una vida plena entrena cada día tus ganas de comprender a otros.

Aunque vivimos en tiempos caracterizados por la rapidez y la conectividad nos falta conectar con nosotros mismos. Y para ello, es necesario estar en silencio. El escucharnos permitirá conocernos.



Un buen conversador es un buen escuchador. Siempre que nos permitimos escuchar, aprendemos.

Actividad: La clase se separa en parejas. Y en parejas se pide realizar el siguiente ejercicio, disponiendo de 3 minutos. Una persona  "A" comunicará una historia utilizando solamente la comunicación gestual. No puede hablar. 
La otra persona "B" utilizará la escucha activa y al final comunicará en clase lo que ha entendido de la comunicación no verbal de "A". 
Posteriormente, "A" comentará en público lo que había comunicado gestualmente.


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