viernes, 24 de septiembre de 2010

Intermediación Laboral. Primer Empleo

Buscar empleo será el primer trabajo. En primer lugar, sería importante que la persona en la situación de demandante de trabajo desarrolle una autoevaluación para conocerse y, así saber vender su “marca”, procediendo a continuación a planificar la búsqueda de su primer empleo.
Deberá estar atento a las ofertas que se convocan e informado, a través de los diferentes servicios, agencias o publicaciones dirigidas a la orientación laboral específica.
Adecuación. Para lograr un pleno desarrollo laboral, es necesario que el perfil personal profesional se ajuste a las demandas del puesto de trabajo y de la organización de la empresa.
En este sentido, los seleccionadores de personas para puestos de trabajo no valoran únicamente la capacidad intelectual del candidato, su formación, imagen o dominio de las situaciones, sino que escuchan al aspirante, con detenimiento, para diagnosticar su personalidad, valores y comportamientos. Su intención es obtener una información cualitativa que, además, sea útil para la empresa en la línea de formación, planificación y diseño del puesto que ocupará en la estructura de la empresa
La intermediación laboral ayudará a alcanzar el éxito a las personas en sus puestos de trabajo teniendo en cuenta algunos factores: (1) la formación, (2) la motivación de los mismos y, especialmente, (3)la adaptación de sus funciones laborales a sus propias características.
Por todo ello, una correcta intermediación debe situar al trabajador en el puesto que más se identifica con su perfil personal y profesional, porque es ahí, donde habrá un mayor grado de motivación.

Candidato/a ideal. El factor humano es el elemento más crítico para el éxito y el diferenciador frente al resto de oponentes.
Cada persona tiene un perfil determinado, dentro de un conjunto de dinámicas, que le hacen más adaptable a una actividad que a otra. Si el puesto está bien emparejado con ese perfil, aprenderá rápidamente y alcanzará una mayor productividad. Este emparejamiento acertado es el criterio principal de una buena contratación, sobre todo, en el primer empleo de los jóvenes, donde la sociedad actual retrasa su incorporación al trabajo, y esto está produciendo en ellos un alejamiento y desconocimiento del mundo laboral.
Adaptabilidad. El comportamiento de una persona en un puesto de trabajo está en función, principalmente, de la personalidad, las aptitudes, los valores, y los conocimientos. En estos puntos se puede influir en una persona, no para cambiarla,  sino  para analizarla y ver los puntos fuertes y los débiles y así facilitar su colocación en el puesto laboral adecuado. Esa es la llave de todo proceso de selección.

Todo este conocimiento previo para enfrentarte a una oportunidad de empleo no es suficiente, aunque si puede ayudar para enfrentarte al competitivo mercado de la Europa del Euro, marcada por el desempleo. Por ello, es difícil pensar que las acciones para reducir el desempleo y la precariedad laboral, tan demandadas por los agentes sociales y la propia sociedad, en este sentido, no han alcanzado los éxitos deseados y demandados por la población, especialmente cuando observamos los datos de paro.
Para este cometido, la necesidad de estudiar las mejores condiciones de posibilidades de inserción sociolaboral de las personas no sólo deben partir desde el análisis de los aspectos relativos al mundo laboral sino también de aquellos marcados por su competencia personal como bienestar psicológico, motivación y satisfacción entre otros.
En este sentido, las trayectorias de inserción socio laboral de las personas y los fenómenos relevantes en esa transición, tales como la búsqueda activa de empleo y las experiencias, se convierten en los valores a tener en cuenta durante el proceso de inserción profesional.
Así, la consideración integral permanente toma una mayor importancia cuando es  identificada con el itinerario de información, orientación y formación profesional, sobretodo, en el escenario de igualdad de oportunidades sociales.
Para este cometido es importante que la orientación profesional constituya una de las necesidades básicas de los jóvenes. Muchas veces los resultados escolares negativos en itinerarios de formación prolongados y las ofertas laborales tentadoras a corto plazo contribuyen a complicar el posicionamiento inicial del joven en el mercado de trabajo al decidirse por una estrategia de inserción profesional poco coherente.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La Cualificación en la Unión Europea


Sobrevivimos en una sociedad caracterizada por la rapidez sin tiempo para la familia ni para uno mismo. Además, la inseguridad tiene una mayor presencia y provoca muchos miedos en el desarrollo de nuestras vidas, especialmente en la laboral.
Tenemos que acostumbrarnos a simultanear el desempleo con el trabajo y saber optimizar los periódos de la vida para superar barreras personales o profesionales.
Así, las directivas de la Unión Europea tratan de dar repuesta a estos nuevos escenarios caracterizado por los constantes cambios, por la globalización, revolución tecnológica y por la inseguridad. Para ello, las instituciones Europeas han desarrollado directivas como el Marco Europeo de las Cualificaciones  para favorecer el aprendizaje a lo largo de la vida y el reconocimiento oficial de la experiencia laboral de la población trabajadora.
En ningún momento, podemos considerar estar inmóviles ni quedarnos detrás en la carrera.
Esta es una de las razones por las que la incorporación al mercado laboral es una cuestión prioritaria en nuestra sociedad ya que nos permitirá tener mejores posibilidades para construir nuestros itinerarios laborales y cualificación mediante un aprendizaje a lo largo de la vida. Debemos olvidarnos de pensar que tendremos un trabajo para toda la vida y empezar a aprender a combinar la adquisición de competencias.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Vocación y Destino Laboral

El problema surge cuando llegamos a los treinta años y nos damos cuenta de que hemos sido completamente manipulados.
En un principio, durante la edad escolar, ¿quién elegía nuestras actividades extraescolares? Hacíamos aquellas que nuestros padres hubiesen querido hacer.  Más adelante, en la etapa académica, ¿quién decidió elegir una carrera universitaria? Quizás fue la proximidad al centro, su afinidad, nuestro entorno (amigos, preferencia de la familia...) o la nota de la selectividad. Y por último, en la trayectoria laboral, ¿trabajas en el puesto que deseas o tienes miedo al cambio por lo que pueda pasar?.
La condición que marca esta conducta es la comodidad. No perder una supuesta calidad de vida ante el riesgo del cambio y la urgencia, impuesta por una sociedad que vive a un ritmo acelerado.
Sin embargo, olvidamos que hacemos mejor aquello que más nos gusta hacer. El talento se basa en un fundamento vocacional: nos sale mejor aquello que preferimos. Así, escucharnos, conocernos y luchar para vivir haciendo lo que nos gusta más, implica dar lo mejor de nosotros y vivir una vida feliz.
La vocación, esencial en el desarrollo de las personas para mejorar su empleabilidad, requiere un mayor grado de esfuerzo en conocerse a sí mismo y en valentía. La clave está en no ser conformista con lo cómodo en detrimento de nuestro ideal. Esto perjudica la empleabilidad del profesional, ya que se desmotiva y deja de tomar iniciativas. La actitud personal, la motivación, así como la competencia emocional son el principal factor para el desarrollo laboral en las organizaciones.
La línea de la conducta vocacional viene marcada por una serie de reflexiones en este sentido:
1.      En nuestra sociedad, hay una cierta tendencia a buscar una felicidad en lo externo, en lo ajeno a nosotros mismos, en el consumo y otros aspectos similares, pero lo importante es verdaderamente lo que uno quiere internamente.
2.      Para tomar una decisión vocacional hay que saber qué  es lo que quieres y saber si lo has conseguido.
3.      Todos tenemos un talento innato para algo en la vida.
4.      Hacer un esfuerzo por saber cómo vivir desde dentro y descubrir tu talento y motivación.
5.      No hay que olvidar que disfrutar con lo que uno hace es invertir en uno mismo. Pasamos demasiado tiempo trabajando como para no disfrutar con ello.
6.      A la hora de tomar las decisiones, no hay que olvidar cuál es la voz que nos guía y actuar en consecuencia.
Cuando se empiezan unos estudios en la formación para el empleo, o incluso antes de iniciar los preparativos del aprendizaje profesional, se tienen en cuenta las afinidades, ilusiones, identificaciones, es decir, la propia química. Ésta es totalmente diferente a la de cualquier otra persona. La naturaleza es diferente para cada uno, en los mismos términos en que los hijos no tienen nada que ver el uno con el otro.
Se quiere, de manera generalizada, que nuestros hijos realicen unos estudios determinados, y marcados por un mayor valor social, aunque esto signifique no tener en cuenta la intención del joven. Aquí  tenemos una de las causas de frustración con la que seguramente nos sentiremos identificados: ¡por qué no estudié lo que quería!.
Difícil respuesta, ya que en muchos casos, ni desde el ámbito familiar, ni incluso desde el social, ha habido éxito al facilitar ayuda para encauzar los destinos de las personas en el mundo laboral teniendo en cuenta su propia química, su vocación, identidad e inquietudes.
Para realizar esta función es primordial la coordinación, desde una perspectiva preventiva, de los orientadores, del plan de acción tutorial y de los docentes. Éstos estimularán la confección del mapa de la personalidad de los jóvenes y además, facilitarán la más completa información académica y de posibilidades formativas.
Esta nueva situación marcada por el desempleo en la Europa del Euro, especialmente en los jóvenes, implica la necesidad de estudiar la inserción sociolaboral de éstos desde una perspectiva interdisciplinar, donde se analicen, no sólo aspectos relativos al mundo laboral, sino también a su bienestar psicológico, sus valores, su satisfacción, etc...
En este sentido, resulta importante realizar un estudio y evaluación para ofrecer una visión de las trayectorias de inserción laboral de los jóvenes y los fenómenos relevantes en esa transición, como son (1) la búsqueda de empleo que realizan, (2) la caracterización de los empleos a los que acceden y (3) las experiencias psicosociales  de éstos en este entorno.
Hay que hablar mucho con los jóvenes y saber encauzar sus motivaciones. No hay que imponer nada. Hay que tener tacto, pues  están en una edad en que prima la rebeldía, y difícilmente aceptan imposiciones. La mejor vía es la información y el consejo; explicarles bien en qué consiste y cuáles son sus salidas laborales. Hay que acercarse a ellos documentados y con argumentos sólidos. Convencerlos.
Los jóvenes están en la edad de soñar. Para una sociedad no es bueno anular su punto de vista. Al contrario, hay que alimentar su optimismo e ilusión, porque constituye salud para nuestra sociedad futura.
Hay que buscar la felicidad de los jóvenes, y para ello hay muchas posibilidades académicas. Vocación, formación, empleo y felicidad pueden estar perfectamente compatibilizadas.

martes, 21 de septiembre de 2010

La vida acompañada de Aprendizaje

Insistimos que esta sociedad cambiante, agravada con la reforma laboral, tendrá consecuencias fundamentales en las relaciones laborales y en el clima laboral. Y, con la facilidad que presenta la reforma laboral 2010 para desvincular a las personas trabajadoras, si una persona no tiene el grado suficiente de cualificación y aprendizaje, es muy probable que quede relegado en este nuevo escenario sociolaboral.
La revolución de la sociedad del conocimiento, similar a la revolución industrial en su momento, exige una constante evolución para no quedar obsoleto, ya que lo aprendido ayer,  mañana deja de ser relevante. Esta es una de las razones por las que la empresa y, especialmente, las personas deben estar sujetas a la sociedad del conocimiento, es decir, a la sociedad del aprendizaje para adquirir la formación necesaria lo antes posible. De ahí la importancia de un aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
En este sentido, este modelo social que nos rodea exige un nuevo aprendizaje, el aprender a desaprender. Ya que la estancia en la empresa, para que pueda desarrollarse sin incertidumbres, precisa ser realimentada constantemente con nuevos conocimientos y esto significa acudir a la sociedad del aprendizaje.
Tanto la innovación tecnológica, el constante intercambio de conocimientos y la flexibilidad laboral genera una sensación de inseguridad.
Así, las personas en el entorno laboral tiene miedo ante el despido porque no no contamos con una permanencia en la empresa ni con un futuro estable. Se trata de mitos que se derrumban poco a poco.
Esta situación agrava, aún más, el miedo al cambio convirtiendose en una amenaza, ya que, dificilmente se ve como una oportunidad.
Este cambio exige una labor de día a día cercana al aprendizaje. Y para ello, lo importante, es la mentalidad de mejorar continuamente. Eso es lo que hace que una persona vaya hacia delante. Empieza por apostar por ti, esta es la mejor estrategia. No pierdas más el tiempo, aprovecha la oportunidad de formarte y cambiar el destino actual a una situación más favorable y que permita más seguridad en mi vida laboral.
La educación y formación de nuestros jóvenes y de la población adulta se convierte en la mejor defensa ante la crisis.
En este caso, aquellas empresas  que no desarrollen el aprendizaje y el conocimiento difícilmente podrá alcanzar eficazmente sus objetivos y, por lo tanto, desaprovecharán el verdadero capital humano cualificado. La empresa necesita este capital intelectual para el desempeño de sus funciones, para ser competitiva y para sobrevivir en una sociedad globalizada.
Sin duda, aquellas empresas que apuesten por el talento están haciendo una apuesta por su futuro y es ahí donde la empresa, organizándose para el aprendizaje permanente tiene la llave para sobrevivir.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Los jóvenes en la Formación Profesional

Los jóvenes canarios se encuentran en un escenario sociolaboral caracterizado por el mayor desempleo juvenil en España, que lo sitúa en un 47%, si además, acompañamos este dato con el 40% de jóvenes que presentan fracaso escolar supone destruir el futuro en nuestras islas.
Esta situación ha generado muchas preocupaciones y una gran incertidumbre en nuestra comunidad, especialmente en las familias Canarias, donde observamos que nuestros gobernantes minimizan esta problematica. 
En la actualidad, uno de los puntos débiles en el sistema educativo lo constituye el fracaso escolar, factor de marginación y de exclusión económica y social que representa en España el 30%. En Canarias este escenario adquiere connotaciones más fatalistas: el 40% del alumnado no termina sus estudios, es decir, no continúa más allá de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO).
Por ello, nuestra sociedad del conocimiento debe dar repuesta ya sea con programas de cualificación profesional inicial y programas sociales de formación y empleo que favorezcan la reinserción de nuestros jóvenes en el aprendizaje.
En este escenario comentado, la sociedad del conocimiento se convierte en el elemento estratégico para el futuro de nuestros jóvenes.

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