La
identificación con la empresa y las relaciones en el entorno de trabajo son dos
de los aspectos que determinan el grado de satisfacción del personal empleado.
El
trabajador y la trabajadora motivada constituye un factor determinante en el
éxito de cualquier empresa. Por ello, estas no pueden competir, o se pueden ver
obligadas a hacerlo en peores condiciones, si sus plantillas no están
satisfechas o no se sienten identificadas con ellas.
Controlar
el propio destino y conducir tu trayectoria laboral profesional permite
descubrir tus habilidades, actitudes, conocerte, y dar lo mejor de nosotros
mismos, teniendo en cuenta la vocación.
Cuanta
más capacidad tengamos para decidir sobre nuestro destino laboral, mayor
motivación habrá. En caso contrario, podríamos no llegar a conocer nuestras
verdaderas motivaciones.
Las
personas necesitan sentirse apreciadas y valoradas y que sus esfuerzos sean
suficientemente reconocidos.
Es
importante que los puestos de trabajo se perciban como espacios seguros y
agradables, que les sirvan no sólo como medio de vida, sino también como una
forma de cumplir sus metas personales y lograr un desarrollo personal
enriquecedor y continuado.
Medidas
para aplicar en la organización:
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Premiar los logros en el trabajo tanto económicamente como a través de
reconocimientos e incentivos como viajes, actividades lúdicas, regalos, etc.
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Facilitar la promoción. Los empleados debe estar convencidos de que si se
esfuerzan y trabajan con calidad acabarán logrando mejoras y ascensos en la
empresa.
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Proponer retos. A la mayoría de personas les encantan los retos, pues son una
forma de demostrar su valía y de superarse, sobre todo si van acompañados de
algún tipo de recompensa: felicitaciones, ascensos, aumento de sueldo, etc.
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Facilitar y promover la formación constante de la población trabajadora supone
múltiples ventajas: se consigue una mayor calidad del trabajo, la empresa
cuenta con profesionales más capaces y los empleados ven aumentada su
autoestima y satisfacción.
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Destino laboral ideal
No
todas las personas somos válidas para todos los trabajos pero lo que sí es
cierto es que todos tenemos un perfil determinado que encaja mucho mejor en
unos tareas o puestos que en otros. Si la dirección de una empresa o el
departamento de recursos humanos es capaz de ubicar a cada empleado en el lugar
más acorde con sus capacidades y aptitudes, todos salen ganando: el empleado
estará más satisfecho y dará lo mejor de
sí, lo que redundará en un mejor funcionamiento de la compañía.
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Asignación de responsabilidades
La
organización es vital para la tranquilidad y motivación del empleado. Todos
tienen que saber cuál es su función, objetivos y hasta donde llega su
responsabilidad.
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Promover la participación
Se
debe buscar el consenso en todas las decisiones de la empresa, involucrando
intensamente a los empleados mediante reuniones, talleres y todo tipo de
dinámicas participativas. Es la única forma de conseguir la fidelidad del
trabajador y su identificación con la organización.
Es
responsabilidad de las empresas no defraudar a sus personal empleado y emplear todos
los esfuerzos y recursos posibles en su bienestar y motivación.
En
realidad se trata de entender que hablamos de una inversión y no sólo de gasto
cuando gestionamos los recursos humanos en la empresa.