La empresa Baños Ácidos, S.A. (BASA) se
dedica a elaborar embellecedores de aluminio con baño de oro o plata desde hace
más de 20 años. Lo que en su origen comenzó como un pequeño taller, hoy en día
es una empresa sólida con 90 personas en la producción y 10 personas en las
oficinas.
En realidad, BASA es una empresa próspera
que exporta una parte importante de su producción y ya tiene en mente arrancar
una nueva línea, para lo cual se adquirirá un solar vecino durante el próximo
ejercicio.
El Gerente y socio fundador, Andrés
Cañizares, junto con su socio el Presidente y también fundador Ramiro Estévez,
han asumido en los últimos años la necesidad de elaborar un protocolo que les
asegurase el traspaso generacional, ya que tanto los hijos de uno como de otro
socio, se van incorporando progresivamente en la gestión y dirección de la
Empresa.
Actualmente, y gracias a la intervención
de una empresa Consultora especializada, disponen de una normativa interna que
dicta unos procedimientos que les asegura la adecuada asunción de objetivos y
metas en los procesos de formación de los futuros directivos de la empresa
(familiares todos ellos)
De hecho, desde el mes de
octubre, y tras haberse licenciado en Ingeniería Química, la hija menor de
Andrés Cañizares, Carla Cañizares, ha asumido el cargo de Directora de
Producción. Por otro lado, este nuevo cargo ha coincidido con el inicio en las
funciones del segundo hijo de Ramiro Estévez, Jaime Estévez, que
tras estar cursando un Máster de RR.HH. en Toronto consiguiente a su
licenciatura en Ciencias del Trabajo, ha regresado para ponerse al frente del
departamento de Recursos Humanos de la empresa.
En la empresa ya trabajaban desde hacía
cuatro y cinco años respectivamente, el hijo mayor de Ramiro Estévez, Julio
Estévez, como Director de Calidad y asumiendo a su vez la responsabilidad del
Servicio de Seguridad y Salud y la hija mayor de Andrés Cañizares, Susana
Cañizares, como Adjunta a Gerencia.
La filosofía de la empresa se basa en
elaborar un buen producto gracias a la máxima implicación de sus trabajadores,
para lo cual se celebran a menudo reuniones de departamento y se busca siempre
la mejor manera de invertir en formación para el personal. Asimismo,
prefieren disponer de los servicios internos mínimos necesarios y poder en
cambio aumentar la plantilla productiva, de modo que gran parte de los
servicios son subcontratados a empresas externas (p.ej., contabilidad, servicio
médico de prevención de riesgos, etc.) es por ello que sólo cuentan con una
plantilla de personal administrativo de 10 individuos (de los cuales cuatro son
familiares directos de los fundadores)
En su incorporación, Carla se ha
encontrado con una situación totalmente nueva para ella. Durante su primera
mañana de trabajo, ha recibido dos visitas inesperadas. Por un lado, José, el
jefe de turno de mañanas, ha entrado a su despacho con semblante alegre y
animoso. Tras felicitar a Carla por su incorporación a la empresa, le ha
informado que su esposa, Miriam está embarazada de pocas semanas. Carla se ha alegrado
profundamente, tanto por José como por Miriam, a la que conoce perfectamente,
pues trabaja como operaria en la sección de empaquetado. En concreto, su puesto
se encuentra al final de la cadena de producción. Miriam tiene como tarea
supervisar el encintado último de las cajas que saldrán hacia el almacén, para
lo cual “programa” y supervisa el buen funcionamiento de la máquina que realiza
la operación. El proceso está en su mayor parte mecanizado, y las series de
cajas grandes (20kg y 10kg) quedan automáticamente colocadas en su
lugar definitivo. Tan sólo en las series de cajas pequeñas (5kg)
Miriam debe trasladarlas desde el final de la cinta hasta el “combi” en el que
se llevan hasta un almacén auxiliar. Es un puesto que Miriam domina a la
perfección y que desarrolla de manera eficaz, no importándole, hasta el
momento, el hecho de estar de pie durante la mayor parte del turno (8h), ya que
lo ha hecho siempre y dice “estar acostumbrada”.
La segunda visita que recibió Carla
durante esa misma mañana fue la de su padre y gerente de la empresa, Andrés
Cañizares junto con Ramiro Estévez, Presidente de la misma. Tras entrar en el
despacho de Carla, Andrés llamó por teléfono a Jaime Estévez, actual Director
de RR.HH. y se celebró una breve pero intensa reunión. Lo que allí se les dijo
fue lo siguiente:
“A partir de hoy, pasáis a formar parte
del Equipo Directivo de ésta, vuestra empresa. Tanto Ramiro como yo mismo
esperamos que vuestro ejercicio esté a la altura de vuestra posición, y debéis
ser conscientes en todo momento que así lo esperan nuestros colaboradores y
empleados. Para ello, estamos seguros que aplicaréis en todo momento los
conocimientos teóricos que habéis adquirido a lo largo de vuestros estudios y
los principios éticos que Ramiro y yo hemos profesado desde el inicio de
nuestra andadura juntos.”
“Como sabéis, el protocolo de traspaso
generacional, marca, entre otras cosas, durante el primer año de incorporación
a un puesto de Dirección, el seguimiento de las actividades del ocupante. Para
ello, los miércoles y los viernes, os reuniréis conmigo y con la Adjunta a
Gerencia para plantear y justificar las decisiones que toméis antes de que las
apliquéis. Espero que saquéis partido de este proceso de aprendizaje y que lo
finalicéis con éxito”.
Aquella noche, Carla había ido a celebrar
con su prometido su reciente incorporación. Aunque se esforzaba en concentrarse
en la conversación, su mente no paraba de darle vueltas a la reunión que
durante la mañana había mantenido con su padre. Tenía que hacer lo posible por
desempeñar bien su cargo, y no podía dejar nada al azar. Pasó gran parte de la
velada repasando las tareas de su primera jornada. Tras dos días mantendría su
primera reunión con la Gerencia, y quería estar preparada. Recordando la
visita de José y la noticia que con ella había compartido, se dio cuenta de que
ahí había algo, y que eso estaba en parte bajo su responsabilidad. Cuando
volvió a su apartamento, escribió en un papel las ideas que tenía en mente y
fue consciente de que necesitaba ayuda. Se le planteaban demasiadas dudas.
Tras bastantes cavilaciones, Carla
consideró que por aquella noche ya había tenido suficiente. Decidió que debía
descansar para mantenerse despejada durante la mañana siguiente, martes, en la
cual mantendría una reunión con el Director de RR.HH., Jaime.
A las nueve en punto de la mañana
siguiente, Carla estaba en la puerta del despacho de Jaime con sus preguntas
preparadas. Tras escucharlas, Jaime consideró que el tema debía ponerse en
conocimiento de Julio en su calidad de Responsable de Seguridad y Salud, por lo
que decidieron invitarlo en la reunión.
Tras charlar durante un rato, se valoró la
posibilidad de que el caso de Miriam evolucionase hacia una baja por riesgo del
embarazo. Tanto Carla como Jaime deseaban estar preparados para la reunión del
miércoles con Andrés y Susana, de modo que decidieron preparar un informe
explicativo con todas y cada una de las posibilidades que el caso pudiera
presentar; para ello consideraron que debían responder de manera argumentada a
las siguientes cuestiones:
1) ¿Qué tipos de riesgo en el puesto de
trabajo podían afectar negativamente a una mujer embarazada y por lo tanto no
le permiten estar en él?
2) ¿Qué podría hacerse para que Miriam
deje de estar sometida a ningún tipo de riesgo en su puesto de trabajo?
3) En el caso de que Miriam optara por una
baja por riesgo del embarazo, ¿qué trámites deben realizar la empresa y la
trabajadora? ¿Qué prestación recibirá Miriam en ese caso? ¿Hasta cuándo?
4) ¿Qué leyes y artículos regulan todo
este asunto?
Elabora el informe contestando a estas
cuatro preguntas.
Una vez elaborado el informe, dispondrían
de las herramientas explicativas necesarias para justificar la decisión de la
empresa al respecto. Este sería un buen comienzo de ambos en el equipo
directivo. Su futuro estaba asegurado.
Con la
información del caso y la que dispones por tus conocimientos, responde a las
cuestiones que Carla y Jaime se plantean y elabora un informe que presente toda
la información recopilada.